El total de emisiones de gases invernaderos a la atmosfera durante este ciclo de vida se contabiliza en kg de C02. Cuando hablamos de que los materiales de una casa tienen una huella positiva de C02 significa que durante su ciclo de vida han emitido a la atmosfera una cantidad de gases de efecto invernadero. En cambio, cuando hablamos de que los materiales de una casa tienen huella negativa de CO2, significa que durante su ciclo de vida han retenido carbono evitando así su emisión a la atmosfera en forma de CO2. Para conseguir una huella material negativa de CO2 es necesario construir un edificio utilizando la madera como principal material. La construcción de una casa de madera tiene un efecto positivo doble en la reducción de los gases de efecto invernadero, por un lado la madera almacena una alta cantidad de carbono que de este modo no es emitido a la atmósfera. Por otro lado, si utilizamos madera de bosques gestionados de manera sostenible, la tala de un árbol significará la plantación de un nuevo árbol joven que a través del proceso de fotosíntesis absorberá más cantidad de CO2 de la atmosfera que un árbol crecido. En estos dos fundamentos se basa la teoría de que construir en madera conlleva una huella de CO2 negativa beneficiosa para el medio ambiente.